miércoles, marzo 31

Día 1*

¿Quién podría saber que no sería una noche más de sueños sin recuerdos?

Me debatía entre ella y mi almohada.
Sin darme cuenta todo me conducía a ella. Me venían a la cabeza trozos de una noche, algo que no puedo olvidar, algo que quiero recordar. Pensaba que la tenía otra vez, que mis besos iban más allá de sus labios, su cuello y del contorno de sus suaves pechos mientras mis manos la extrañaban queriendo trazar curvas a lo largo de su anatomía para entrecortar su respiración y llegar a ese punto en el que lo único que nos movía era la ambición de Placer.

Sentía su Placer junto al mio, mis dedos ansiaban empaparse y perderse entre su clítoris para luego jugar al ritmo de Stairway con mi lengua y terminar tocando el cielo, sucumbidos por la pasión y el deseo. En esa primera noche sólo buscaba conocer su cuerpo, sucumbirla a base de besos y caricias para intentar llevarla a los extremos del delirio y la lujuria.Consiguió sobrepasarlos y hacerme partícipe de un deseo insaciable de ambrosía.

Toda suposición fue superada el lunes por la noche, tal vez era martes antes del amanecer... y mi perversión se expandió mas allá de la razón.


XY

lunes, marzo 29

Día 1

Vulgar y exquisita, así era como me sentía.

Era algo verdaderamente inesperado, incluso para mí. Le destapé procazmente mis pensamientos más obscenos. Con él no podía mentir, nunca antes lo había hecho, con nadie en verdad. Y no es que anteriormente me hubiera estado reprimiendo de éstos ¡qué va! Ni se me acercaban tales ideas... Por lo que, no sé qué procesos mentales llevaron a mi clítoris a responder de ese modo tan atrevido. Me cago en la puta, estaba que chorreaba. Eso no era normal, no, en absoluto, estaba sobrexcitada.

Sentía sus palabras quemándome, eran fuego que me hacía tiritar. Tiritaba de placer. Estaba empapada de lujuria, absolutamente húmeda de sensualidad. Mi piel, resbaladiza y peligrosa, le reclamaba. Subí hacia lo más alto, flotaba, volaba más allá de la Exosfera, más allá del Sistema Solar, más incluso del Brazo de Perseo y finalmente me salí de la Vía Láctea. Sobre todo eso, Láctea. Me creía con el mando, conduciendo y dirigiendo la situación... Agh! Pero qué ingenua... Estaba siendo absolutamente manejada. Me estaba gobernando de maravilla, joder. Y me excitaba cada vez más. Esto era algo insólito para mí, estaba tan salvaje e indómita... Me encantaba. El reflejo de la ventana mostraba mi aspecto más sugerente, atractivo y sexual, apuesto a que se habría excitado con tan sólo ver la escena. Estaba expectante a cada uno de sus movimientos. Lascivo, carnal, aprehensivo. Nunca me atrajo tanto, pero tampoco fue lo suficiente, sabía que me podría llegar a atraer mucho, mucho más... y también mucho menos.

Sinceramente, no era la clase de persona que esperaba que fuera a provocar esa clase de reacción en mis pezones. Insólito. Pero así fue, y así que entre fogosidad, confusión, sorpresa y diversos flujos afrutados, producto del insomnio, se dio una de las noches más cachondas y surrealistas (a la vez) desde hacía tiempo. Mi primer día en Sodoma.

Esa noche habría podido ser multiorgásmica, una pena hablar en condicional.



XX